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Escrito por
Norman
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it has the words DON'T PANIC inscribed in large friendly letters on its cover |
Mañana se estrena Sekiro: Shadows Die Twice, el nuevo juego de From Sotware, dirigido por Hidetaka Miyazaki, el mismo de Dark Souls. Las reseñas comenzaron a salir el día de hoy, y aparentemente es una obra maestra. O, mejor dicho, que la calidad del juego es la esperada para todo lo que produce ese estudio.
Estuve pendiente de las reseñas esta mañana, porque ya hace parte de esa costumbre de ir alimentando la expectativa a pesar de la imposibilidad de poder disfrutar esa experiencia. Es decir, quisiera jugarlo, pero ni el tiempo ni el dinero ayudan a ese efecto. La pregunta sería ¿por qué tiene que ser ya?
Hace unas semanas sucedió lo mismo con el estreno de la última película de Marvel. El título no importa: cuando este artículo sea leído habrá siempre esa expectativa de lo que viene, y esta puede ser muy grande. Y el problema es ese. Parece que nos estamos acostumbrando a la experiencia de turno que nos va a hacer pertenecer a algo. Se juega, también, con la debida alimentación de esta expectativa con anuncios, teasers, tráilers, y demás, un bombardeo que normaliza el hecho, por ejemplo, de que ahora un tráiler tenga un opening. Y así siempre.
Cuando de manera sorpresiva salió Apex Legends (que puedo decir sin culpa que me ha robado más horas de las que le puedo dar) la agenda estaba muy ocupada por esa época: para febrero estaba programado el lanzamiento de Anthem, God Eater 3, Civilization VI, Crackdown 3 y Metro Exodus, entre otros. Hubo gente que, tal vez, se hizo a dos o más títulos de esos, sin siquiera saber si los iban a jugar. A mí me pasa lo mismo: tengo TitanFall 2 y Marvel's Spider-Man pendientes, además de un muy largo catálogo en Steam.
Y esto sin contar con la última gran actualización que recibió Apex Legends la semana pasada.
La presión recurrente a tener que experimentar, comprar, hablar de algo en la víspera de su estreno ha llevado a que la sigla FOMO (o fear of missing out, o miedo a perderse de algo) tome muchísima importancia, más que nada porque sirve para señalar el problema que estamos viviendo. Por ejemplo: ¿qué medio de comunicación espera un tiempo prudente para hablar de un aspecto de la trama de la película de turno? En el caso de Captain Marvel, ya a los dos días se estaba hablando de las escenas luego de los créditos, o hasta del simpático cameo que hace Stan Lee. Esto se da por la urgencia de estos medios por cubrir los temas actuales, para generar tráfico, y ganancias. Lo que presiona un poco, también, a las personas que no saben de qué carajos se está hablando. No son muchos los que resisten la tentación, o a los que les importa no estar actualizados. La gran mayoría siente esa ansiedad por no poder opinar, lo que degenera en ansiedad por sentirse excluidos.
Jordan Devore lo dijo de una manera escueta y contundente en un artículo: mientras menos conozca sobre los anuncios de Sekiro, muy seguramente más gratificante será encontrarlo después. Y así con todo. El entretenimiento disfrazado de información está dañando nuestra capacidad para ser sorprendidos.
Tuvo que pasar más de un año para encontrarme con NieR: Automata. Su banda sonora se pasea muy frecuentemente por mi reproductor de audio, a pesar de que lo jugué después de Red Dead Redemption 2, con todo lo que significó poder tenerlo desde el primer día. No tiene nada de malo dejar que las cosas pasen, o mirar todo el alboroto desde una orilla. Puede que, muchas veces, uno necesite ese pequeño espacio.
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